Otra industria textil es posible, veamos como en la actualidad existen cantidad de empresas cuyo objetivo fundamental es la sostenibilidad como medio para contribuir y conseguir un desarrollo total en la industria textil internacional.
Todos somos conscientes de lo que está pasando con nuestro modelo de consumo y explotación de los recursos. Es el momento de romper con este sistema obsoleto y empezar a construir uno nuevo, esto no se presenta nada fácil pero poco a poco, y gracias a la cantidad de proyectos emergentes en torno al ecodiseño, se abren nuevas perspectivas que potencian el cambio.
Volver al origen, a lo más pequeño, al valor de la artesanía en equilibrio con el avance tecnológico y el respeto a las personas. Belleza, ética, diseño y comercio justo son las claves para una nueva industria de la moda textil.
Hoy hacemos una selección de marcas y diseñadores que investigan en materias primas ecológicas y sostenibles, así como en procesos de fabricación éticos o bien reutilización de textiles.
Empezamos con la investigación en fibras y materia prima, existen alternativas al algodón, algo tan sencillo como la leche genera fibras de alta calidad.
QMILK
Anke Domaske, investigadora principal y diseñadora en Qmilch, utiliza las proteínas de la leche para crear un producto totalmente natural y respetuoso con el medio ambiente en forma de fibra hecha de 100% recursos renovables. Una concentración muy alta de caseína, con otros ingredientes naturales y un proceso de elaboración muy rápido y de bajo coste gracias a la reutilización de la leche secundaria no apta para el consumo.
Tras dos años de ensayo y error, lograron reducir la leche a polvo proteínico que es hervido y comprimido para formar hilos que pueden tejerse para crear la tela. Los hilos se pueden hacer más gruesos para una textura más pesada o finos y suaves para crear una tela que se dobla y se siente como la seda.
El precio es de 20 euros por kilo, más caro que el algodón orgánico que cuesta un 40% menos, pero la producción local permite mantener los costos bajos y reducir el precio total. Sólo se necesitan dos litros de agua para producir un kilo de tela, más que suficiente para crear varios vestidos. La misma cantidad de algodón requiere más de 10.000 litros de agua.
Sus aplicaciones son muy extensas. Para la ropa «moda hecha de leche» , consiguiendo prendas de alta calidad, muy suaves y de ajuste cómodo, ideales para ropa de trabajo. Textiles para el hogar, es una fibra ideal para edredones, sábanas, fundas e incluso colchones, al ser antibacteriana mejora el sueño, y en el caso de textil especial para tecnología médica, Qmilk cumple con los requisitos contra las cepas de bacterias Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa, además en la producción prescinden de aditivos químicos. Es el tejido ideal para personas alérgicas.
WINTERVACHT
¿A quién no le gustaría ir andando por la calle con una manta de las antiguas de «la abuela», bien tapadito, para soportar esos días de frío invierno? Esta necesidad es la que llevó a Wintervacht, con dos jóvenes diseñadoras holandesas, a convertir en elegantes chaquetas de moda antiguas mantas.
En ocasiones lo más cotidiano nos sirve de inspiración para activar una línea de negocio, en este caso aquello que se usa de forma cotidiana para algo determinado pasa a convertirse en un diseño de moda elegante, moderno y sostenible.
Todos los productos son hechos a mano en los países bajos con materiales de segunda mano, haciendo ediciones limitadas de cada prenda. Para producirlas hacen en primer lugar una limpieza en seco de la materia prima, después cortan en trozos y vuelven a coser.
A base de cortinas y sábanas recuperadas crean esta su colección de remeras y shorts, muy cool, con acabados perfectos y, por supuesto, únicos y originales estampados de antaño.KOWTOW
La filosofía de esta marca australiana es aplicar el comercio justo, y además de forma certificada, consiguiendo hacer una marca de ropa ecológica que sea ética y sostenible desde la semilla hasta la ropa.
Kowtow sólo utiliza algodón 100% certificado por Fairtrade labelling Organisation. El comercio justo permite garantizar el precio mínimo parar cubrir los costes de producción y además proporcionar un medio de vida sostenible para los productores de algodón.
Diseño minimalista, moderno, elegante y atractivo, con algodón 100% orgánico y certificado. Esto garantiza semillas no alteradas genéticamente, no hay uso de químicos en estas plantaciones para destruir las malas hierbas, y las plagas se autocontrolan viviendo en equilibrio con otros insectos depredadores.
Apuestan por un empleo digno en sus fábricas de Camboya. Las telas están teñidas usando Global Organic Textiles Standard (GOTS), con colorantes aprobados que no tienen componentes tóxicos ni peligrosos tales como níquel, plomo, formaldehído, áminas, pesticidas y metales. Los empleados trabajan en un ambiente de trabajo bien iluminado, bien ventilado y espacioso. La fábrica se encarga de patrocinar proyectos de educación para las niñas. Todos los trabajadores están empleados, con acceso a la sanidad y un plan de pensiones. Los hijos de los empleados reciben educación gratuita. Toda la cadena está controlada para conseguir un comercio justo en torno a la industria del algodón.
TITANIA INGLIS
Más dirigida al mundo de la pasarela, seleccionamos a esta diseñadora de corte minimalista. Titania Inglis es de Ithaca afincada en Brooklyn. Elegancia inspirada en la belleza del desierto y un toque de de rock ‘n’ roll.
Sus líneas muy geométricas hacen de sus diseños prendas visualmente muy impactantes, pero a su vez son cómodas, urbanas, atrevidas y cosmopolita.
Como premisa conseguir el mínimo impacto ambiental. Cada una de las prendas se cosen en un pequeña y familiar fábrica local de Nueva York de alta calidad y de bajo impacto en la tipología de tejidos, como el algodón orgánico Japonés, o cueros curtidos de forma artesanal y lana muerta de la industria local.
Esta diseñadora es muy valorada en todas las pasarelas de EcoFashion de EEUU y demás internacionales, es una pena ver como España aún está muy a la cola en este campo. Empiezan a destacar grandes diseñadores emergentes que luchan por buscarse un hueco en este difícil camino.
Hemos destacado tres marcas muy diferentes, todas con el mismo denominador común: reducir el impacto medioambiental en los procesos de fabricación y en la elaboración de los tejidos, y fomentar el negocio local y la actitud ética con los trabajadores.
Es crudo ver como a estas marcas no podemos acceder todos «los de a pie»…hay mucho por hacer y grandes cambios en el sistema nos auguran…aunque a veces parezca un sueño!