¿Y si aterrizáramos en un lugar desconocido, con un paisaje abrumador, tan abrupto y conmovedor que nos sintiéramos tocando tierra extraterrestre?
Es tiempo de viajar, miles de personas huyendo del ritmo incesante de la gran ciudad, buscando su poético encuentro con su lado más salvaje, esto sólo es posible entrando en contacto con la naturaleza en estado puro.
En nuestro afán de libertad, como auténticos viajeros románticos, trataremos de esquivar la realidad más urbana y conseguir a través de la ensoñación dirigirnos hacia los parajes naturales más misteriosos.
Como decía Julio Verne Abre bien los ojos, mira, nos vamos al centro de la tierra!
Desde sus orígenes, el hombre siempre ha intentado conocer la Naturaleza, no es de extrañar si de ello dependía su supervivencia. Pero la racionalidad e inteligencia del hombre hacen que sea capaz de utilizarla, transformarla e intentar perfeccionarla para adaptarla a sus necesidades y comodidades. Lamentablemente, muchas veces «abusa» de ella y acaba destruyéndola: extinción de especies animales y vegetales, deforestación, contaminación del agua y de la atmósfera. Es curioso ver como ese mismo ser humano que destruye necesita huir corriendo a aquellos lugares de naturaleza viva en los que esta devuelve al hombre a su estado original más primitivo y libre.
PLANETA ROJO
Y es que existen parajes en este mundo cargados de energía y magia en los que observamos apasionados como la naturaleza puede ser tan bella e impactante. Puedes llegar a sentirte como un extraterrestre que llega a tierra ajena, que por fin toca ese otro planeta tan observado, estudiado y analizado. Con estas imágenes podríamos pensar que estamos en Marte, en el planeta rojo. Aquí la tierra muta en sus formas y color, cielo, tierra, agua y fuego, un diálogo constante que nos hace perdernos en el origen. De dentro hacia afuera la tierra sale en busca de su dios sol regalándonos montañas y cráteres más bellos que cualquier luna soñada.
Quizás no es necesario conquistar otros planetas sino investigar que nos aporta este, que mensajes nos devuelve su tierra, que misterios oculta la naturaleza sobre la totalidad del cosmos. En Lanzarote se están llevando a cabo importantes investigaciones en relación a MARTE, de la mano del Grupo de Investigación de Meteoritos y Geociencias Planetarias del Instituto de Geociencias, IGEO (CSIC-UCM) y del Laboratorio de Geociencias de Lanzarote, Ya se ha realizado muestras de «lava tubes» para investigar los procesos de (bio)mineralización y la interacción del agua con las rocas volcánicas bajo condiciones de ausencia de exposición a la radiación solar.
CONSERVACIÓN Y RESPETO, ARTE INTEGRADO
En estas huidas conscientes de la urbe es cuando la inspiración y creatividad nos invade, es curioso que al reencontrarnos con nuestro ser más primitivo la necesidad de crear nos inunda, el paisaje y la energía del lugar nos invade. Y es que esta isla está muy bien cuidada por todos las que la habitan, respetan y conservan.
La ecología no parte de consideraciones éticas, sino que es la «ciencia que estudia las relaciones de todos los organismos vivos entre sí y con el medio físico en lo que se refiere a producción o intercambio de materia orgánica». Este argumento era bien defendido por Cesar Manrique artista que reinventó y protegió la isla a través de su creatividad arquitectónica, escultórica y pictórica. Él se encargó de enseñar a otros arquitectos a tratar la isla con extrema delicadeza. Su forma de concebir la integración de la arquitectura en el paisaje se debe a un entendimiento total del alma del lugar. Se reconstruyeron y acondicionaron espacios que estaban mal cuidados, como los volcanes de Timanfaya, descubrió lugares como Jameos del Agua que luego convirtió en tesoros públicos, reinventándolos y dotándolos de una sencillez e integración perfecta de todos los elementos protagonistas de cada lugar.
De nuevo parece que estamos ante el diálogo perfecto entre hombre y naturaleza. Ella inspira al artista que tras el entendimiento de su caracteristicas, energía, magia y cualidades se sirve de sus recursos para intervenir en ella. No estamos ante una lucha de poder sino ante el diálogo perfecto. Si todos los espacios públicos estuvieran dotados de este respeto original y creatividad quizás nuestra forma de experimentar el mundo y la vida cambiarían considerablemente.
ALEJARSE DE LA CONQUISTA
Es muy interesante indagar en esta Isla volcánica y entender porque queríamos huir con tanto ímpetu hacía este lugar. Pero ¿que buscamos cuando huimos desesperados de la urbe contaminada, conquistada por nuestro propio ego, a descubrir paraísos desconocidos?
En primer lugar sí, buscamos desconectar, relajarnos, cambiar el ritmo, crear, deleitarnos en este contacto con la naturaleza, aprender, soñar…viajar, pero siempre el ser humano estará aplicando su poder de conquista, de dominar y someter el mundo y la naturaleza.
La tierra volcánica de este lugar tiene cualidades muy específicas, los viñedos son un ejemplo de como el hombre y la naturaleza conviven en total armonía.
Jorge Riechmann, en su libro Un adiós para los astronautas Sobre ecología, límites y la conquista del espacio exterior, analiza las diferentes vías por las que los humanos nos volvemos antropófugos, tratando de huir de la condición humana como algo insoportable partiendo hacia la conquista del cosmos, esto es un movimiento de huida de la condición humana que debemos tomar muy en serio, y contra el que hemos de resistir, como bien dice el autor.
El hombre no puede enfrentarse a la condición humana con unos límites finitos, de ahí que establezca los siguientes una serie de Movimientos de fuga, los cuales le llevan al crecimiento a través de la expansión progresiva, le llevan a huir del planeta tierra y ansiar la conquista del Cosmos, le llevan a huir de la naturaleza humana y querer ser «post-humanos» (ingeniería genética), y huir de la sociedad hacia el ciberespacio!
El sentirnos como un extraterrestre cuando llegamos a este lugar, a esta isla, es alucinante, pero no nos olvidemos que partimos nuestro viaje con el deseo primitivo de encuentro y diálogo con la naturaleza, mantengamos este vínculo y conseguiremos salvar estos rincones del mundo.
